sábado, 30 de noviembre de 2013

Somos como somos

A lo largo de este blog, vamos a ir desgranando características personales para ganar en liderazgo dentro de una organización empresarial o política  y para poder apoyar una buena estrategia de comunicación en esos puntos auténticos que contrarrestan las carencias que, por naturaleza, tenemos todos.

Crear una buena marca personal, más necesaria que nunca en los tiempos que corren, ejercer un liderazgo real ante nuestros diferentes públicos, convertirnos en buenos y auténticos comunicadores, líderes de opinión, agentes mediáticos,... requieren de grandes dosis de autenticidad. No sólo "somos lo que hacemos" sino que "somos como somos" y eso no se puede cambiar.

Las personas auténticas llegan. Convencen. Arrastran. Crean. Son valoradas, tenidas en cuenta y reclamadas. Todos conocemos dirigentes que crean un halo determinado en torno a su figura. Que intentan ocupar un espacio que no les corresponde. Que se perfilan con unas cualidades que no son las propias. La autenticidad es ser como es uno mismo, procurando aplacar los puntos negativos fortaleciendo las propias virtudes personales.

La falta de autenticidad personal implica el miedo al rechazo y al fracaso, las presiones sociales del entorno para adaptarse y vivir de forma no auténtica, y, fundamentalmente, la falta de comprensión de lo que significa e implica la autenticidad.  Como consecuencia de todo esto, la persona trabaja por  mostrar su "mejor cara" y expresar lo que el entorno y sus públicos esperan de él, para ser percibido de manera positiva. Realmente, todos estos factores impulsan y limitan los pensamientos, las percepciones, los sentimientos y las elecciones diarias de cada uno que minan lo que transmitimos cuando creemos que también "somos lo que hacemos"

¿Qué pasaría si lanzamos una campaña de comunicación con un producto que carezca de esa autenticidad? ¿Qué percepción obtendríamos en nuestros públicos? ¿Cuánto tiempo podríamos mantener el liderazgo de ese producto? Ahora, párate a pensar y analiza qué pasaría si el producto eres tú mismo.

martes, 26 de noviembre de 2013

Open Government. ¿Realidad o ficción?

Uno de los términos más de moda en la comunicación política es el llamado Open Government, Gobierno Abierto. Una de las máximas del gobierno abierto es asumir el compromiso de garantizar que la administración y todos los servicios públicos que el Estado brinda puedan ser supervisados por la comunidad, es decir, que estén abiertos al escrutinio de la ciudadanía.
 
Imagen. Grodmar Project (http://grodmar.com)
 
Considero que, como punto de llegada, es una meta muy ambiciosa y de enorme interés para toda la sociedad pero, no por ser un magnífico fin, es algo de fácil aplicación en nuestro país ya que para lograr ese objetivo son muchísimas las cosas que, de entrada, se tienen que cambiar, adaptar y mejorar.
 
Existen una serie de medidas, iniciales, que nos pueden aportar un punto de partida algo más favorable para la consecución de un gobierno abierto como la transparencia económica y relativa a todos los procesos de contratación de las diferentes administraciones. A la que se pueden sumar numerosas iniciativas enfocadas a una mayor democracia interna en los partidos, la transparencia propia de los partidos, sindicatos,... Conocer la gestión de los recursos con los que cuentan gracias a los impuestos de los ciudadanos.
 
Pero existe una condición inicial, básica, que permite que las cosas puedan avanzar y el Open Government sea algo más que una utopía, un deseo o una promesa encima de la mesa: situar al ciudadano como el centro de toda la actividad política. Ser consciente de que el verdadero valor de una democracia es el ciudadano que es quien debe ser el objeto y fin de la actividad política. Hasta que no logremos este enfoque, esta realidad, podremos hablar mucho de Open Government pero nos quedaremos, una vez más, en un deseo con pocos visos de materializar.

jueves, 21 de noviembre de 2013

La Comunicación en un Gobierno

En este nuevo post pretendo lanzar algunas ideas de interés para la realización de un Plan Estratégico de Comunicación de un Gobierno sea cual sea su ámbito de actuación. Teniendo en cuenta, en primer lugar, que lo importante es el público al que nos dirigimos. Puede ser momento también para realizar un análisis introspectivo y ver si estamos realizando todo aquello que queríamos o si nos están superando los acontecimientos y estamos entrando en un activismo innecesario.

Foto. Hoy Digital (http://tiny.cc/np5v6w)
 
¿Qué es un plan estratégico de comunicación? ¿Cabe la improvisación o triunfa la planificación?
Un plan estratégico es un documento que contiene las directrices básicas que fijan el curso de las acciones de comunicación de un gobierno. En un plan estratégico nada es fruto de la casualidad y menos de la improvisación. Todas las actividades de un gobierno que repercutan en la comunicación tienen que estar dentro de esa planificación y una definición de los públicos a los que nos tenemos que dirigir.

¿Baso un plan estratégico en mis creencias e intuiciones?
El plan estratégico debe estar basado en estudios que nos permitan conocer todos los entornos y circunstancias en los que nos movemos. Diagnosticar las oportunidades y amenazas, las carencias y principales demandas de los ciudadanos, el posicionamiento del propio gobierno,... con una definición de prioridades en relación a los recursos con los que contamos. Por lo tanto, las intuiciones personales e "inspiraciones divinas" no entran NUNCA en las bases de un plan estratégico que se defina para la comunicación de un gobierno. Que no entre en las bases significa que en un Plan Estratégico no caben para nada ni la intuición ni la improvisación.

Objetivos
Habrá que definir unos objetivos a corto, medio y largo plazo. En todos los casos, siempre deberá existir una "protección" a la figura del lider (Presidente, Alcalde,...) para que no esté sobreexpuesta innecesariamente.
En primer lugar debemos responder a la pregunta: ¿Dónde estamos? Para poder trabajar hacia la respuesta de la pregunta, ¿A dónde vamos?

El mensaje
El mensaje es la forma con la que vamos llegando a cada uno de los públicos que hemos definido en nuestro plan. Podemos canalizarlo a través de las redes sociales, medios convencionales,... Cada público debe recibir el mensaje adecuado a sus circunstancias.
Este mensaje debe tener creatividad, estilo, fuerza, posicionamiento, carácter, unidad y transmitir los valores que hayamos definido. Nunca un mensaje puede ser negativo sino aportar un punto de tranquilidad y confianza a los ciudadanos.
Por otro lado, el mensaje tiene que ser: claro, conciso, que conecte, convincente y consistente.

Imagen Institucional y de Gobierno
La imagen no es mágica pero es importante. Esta frase nos da unas ideas de la importancia de la imagen de gobierno. En un gobierno hay muchas cosas que se pueden resaltar, pero no de debe proyectar una imagen de todo. Hay que saber escoger qué proyectos o acciones se proyectan. Abarcarlo todo trasmitirá una idea confusa y emborronada de la realidad que queremos transmitir.

El mensajero principal. El Presidente / Alcalde
La imagen fundamental la transmite y encarna el gobernante (Presidente o Alcalde) que también debe realizar su labor en pro de los objetivos marcados y no debe estar al margen en ninguno de los casos. Es recomendable:
1. Realizar un estudio reputacional sobre su imagen y las percepciones que transmite.
2. Formarse intelectualmente en todo lo que tenga que ver con su región, ciudad,... para que pueda transmitir una imagen de que conoce de lo que habla y sabe todas las problemáticas. En temas económicos no puede confundir conceptos, por ejemplo.
3. Es el principal motivador y no debe transmitir sensaciones negativas. Si nuestro líder de gobierno se afianza en los mensajes negativos va a perder toda la credibilidad que pueda tener.
4. Debe trabajar las técnicas de comunicación y saber moverse en los distintos medios. Esto hace que sepa ser amable con las cámaras a la vez que comedido y transmita esa motivación al pueblo.
5. Deberá transmitir sentimientos que calen en la sociedad.

Por último, la programación. Debe existir en un Plan Estratrégico una programación que se vaya cumpliendo y que marque los diferentes hitos. Debe contener todas las actividades, con sus fechas de inicio y fin, definición de los diferentes mensajes, ... Si una planificación no se cumple habremos perdido el tiempo.

 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Sociedad sin valores

Ayer tuve la oportunidad de estar con un gran periodista que me planteó su enorme preocupación ante nuevas inversiones que estaba haciendo el Ayuntamiento donde estábamos. Se preguntaba el sentido de ese gasto y lo justificaba, por decirlo de alguna manera,  con "el trinque". Me contó cómo a lo largo de sus más de 30 años de profesión había ido viendo una degeneración total en el comportamiento no sólo de la clase política sino de la sociedad en general. Él auguraba un duro futuro a nuestros hijos en una sociedad que avanza en la decadencia por la pérdida de valores dónde ya sólo importa uno mismo.
 
Antes de poner el dedo acusador en alguien de nuestro entorno, en la clase política, en las conductas de quienes influyen en la sociedad de una u otra forma, debemos hacer un análisis introspectivo. Ver cómo cada uno de nosotros se comporta en su día a día. Cada uno es un fiel reflejo de la sociedad que nos ha tocado vivir, una sociedad en la que la pérdida de valores humanos nos lleva directamente a una deshumanización de la sociedad. Ya no damos valor a cosas que, en otro tiempo, eran pilares en nuestra forma de actuar. Podemos hablar de muchas cosas: el valor de la vida, el esfuerzo, la generosidad, el mirar por los de al lado, la educación, la imagen,... vivimos inmersos en conductas antisociales que tienen multitud de consecuencias en el desarrollo diario como personas y como sociedad siendo la corrupción una de estas lamentables consecuencias.
 
Aristóteles critica en la “Política”, al idealista Platón por que este había diseñado una republica ideal en la que no caben ni el afecto, ni la propiedad; los únicos sentimientos -explica Aristóteles- son capaces de mover a los seres humanos.
 
El vacío de los valores es el vacío de algo cuya razón de ser no es nada gracias a la racionalidad económica que lo ha invadido todo. Nada vale por si mismo sino por su utilidad y los seres humanos nos convertimos en meros competidores. En definitiva, estamos en una sociedad en donde sólo lo cuantificable es y se convierte en un objeto y un fin.
 
Frente a esta pérdida de valores, la clase política tiene un enorme papel que desarrollar. Necesitamos políticos que impriman en la sociedad unos valores que antaño imperaban buscando únicamente el beneficio y bienestar de los ciudadanos a los que se deben. Debemos dejarnos de rupturas con lo pasado vendiendo que es progreso. La búsqueda de una sociedad laicista sólo nos va a llevar a neutralizar, cada día más, los sentimientos.
 
La juventud busca modelos de referencia en los que apoyarse. No cuenta con decir cosas sino también hay que vivirlas. Pensemos en los modelos que pueden tener hoy en día las personas que se están formando en colegios, universidades,... Está muy claro que lo que hagamos hoy, a todos los niveles, será la sociedad del futuro. Y está en nuestra mano.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Testimonio: El valor de una vida

Copio en esta entrada una carta a su hijo de un matrimonio que abortó. Es lo suficientemente clara con lo que omito todo tipo de valoraciones. Creo que nos puede servir de reflexión para calibrar el valor de una vida.

La transcripción es literal, tal y como me ha llegado.


Querido Juan,
Somos mamá y papá. Hace unos años hicimos una cosa muy mal hecha y evitamos que hoy puedas estar con nosotros. Queremos pedirte perdón porque por nuestro egoísmo, los miedos al qué dirán y una enorme irresponsabilidad te asesinamos antes de que pudieras estar con nosotros. Nos ha costado mucho reconocer que lo que hicimos estaba mal, nos ha costado mucho poder mirarnos a la cara y hablar de nuestro hijo mayor, que eres tú. Nos ha costado una barbaridad asumir que hemos asesinado vilmente a una criatura como tú. Perdónanos Juan.
Mira enano, ahora tienes unos hermanos a los que les contaremos quien eres tú y porque no estás con ellos jugando y montando en bici. Unos hermanos que sabrán que te tienen para todo lo que necesiten y que, desde allí, donde estás, siempre cuidarás de todos nosotros.
Jorge ya tiene cinco años, María cumple tres la semana que viene y Gonzalo empieza a dar sus primeros pasitos. En nuestro cuarto hay un pequeño cuadro con la ecografía que te hicieron cuando nos dijeron que mamá estaba embarazada. La guardamos y hace poco la hemos enmarcado para tenerte siempre con nosotros. Muchas veces, cuando Jorge pasa delante del cuadro dice “hola Juan”. Le hemos contado que tiene un hermano mayor, que estás en el cielo  y cuando sea más mayor le contaremos tu historia y lo que tus padres hicimos.
Ojalá pudiéramos volver atrás, a la sala de espera de esa clínica y no dar el paso nunca. Ojalá pudiéramos poder abrazarte y besarte, arroparte por las noches. Ojala pudiéramos verte correr con Jorge en el parque.
Escribimos esta carta con lágrimas en los ojos porque, a pesar de lo que hicimos, te queremos muchísimo. Hoy es tu cumpleaños y lo vamos a celebrar todos juntos en casa porque hoy cumples siete años. Le hemos dicho a Jorge y María que soplen las velas y están felices. Cuando vuelvan del colegio merendaremos todos juntos. Juan, hoy es el día, aproximado, en el que tendrías que haber nacido, y para nosotros, cada 19 de septiembre será siempre tu cumpleaños.
Perdónanos Juan por lo mal que lo hicimos.Te queremos muchísimo.
Un grandísimo beso,
Papá, Mamá, Jorge, María y Gonzalo

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La renovación siempre pendiente en política

Miguel de Unamuno fue quien dijo que "el progreso consiste en renovarse". Una renovación que él estuvo buscando a lo largo de toda su obra. Una renovación que, en nuestros días, puede implicar ciertos cambios drásticos. Progresar es ajustarte a los tiempos que te tocan vivir. Progresar implica una evolución alejada de la ya comentada involución. Progresar es mirar hacia adelante buscando renovarse.
 
La renovación que vemos a nuestro alrededor implica desde reformar una casa hasta ceder el testigo a otro en un puesto de un consejo de administración pasando por quien estudia idiomas, el que fomenta nuevas aptitudes profesionales, nuevos estudios, capacidades, personas,... Renovarse es fundamental en toda organización porque aumenta la calidad de los servicios que presta a nivel externo como interno buscando un desarrollo personal y empresarial. 
 
Parece que lo que es normal en toda organización es algo raro en política. No quiero referirme a política nacional sino a la política con Mayúsculas que es la municipal. La política de la calle, de barrio, de los problemas diarios. La política del trabajo anónimo, sacrificado y, muchas veces, poco valorado. Si la renovación es buena, es progreso, es mejora,... ¿Qué pasa en nuestros municipios?

La renovación no es decir lo mismo que siempre de una forma diferente para camuflar que, realmente, sigue siendo lo mismo, ni decir que hemos vuelto a la escena política renovados y con más fuerza. Todo eso con la particularidad de que lo dice gente que lleva toda la vida en lo mismo. Pero volvamos a nuestros municipios, ¿por qué no se deja paso a una renovación, gente joven con ganas, diferente visiones en beneficio de los ciudadanos? Os animo a que miréis a vuestro alrededor, en vuestros municipios y pidáis esa renovación necesaria para depurar una institución tan importante como la municipal. ¿Cuántos años llevan el alcalde o los concejales ejerciendo el cargo? Si queremos progresar en la línea de la transparencia y recuperar el lugar que merece la sociedad, es un paso que se debe dar. Hay cosas curiosas en esto de la no renovación o perpetuidad en los cargos: candidatos que se presentan como número uno y pierden sistemáticamente (hasta cinco elecciones consecutivas) vendiendo en todas que estamos ante un proyecto ilusionante. Eso sí, ahí siguen.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Liderazgo social

Cada día está más de moda hablar de liderazgo. Todo el mundo sabe cómo crear un líder y es relativamente normal achacar los problemas existentes en una organización a una absoluta carencia de liderazgo. Según parece, todos debemos ser líderes porque criticamos y juzgamos el liderazgo de los otros. Juzgamos gratuitamente con total impunidad y ex cátedra cosas de las que no tenemos demasiado conocimiento porque el liderazgo, como muchas otras cosas relacionadas con las relaciones sociales, está abierto al juicio de documentados e indocumentados.
 
En esta entrada pretendo dar alguna pincelada, con argumentos, sobre la ausencia total y absoluta de liderazgo político en algunos de los dirigentes que tenemos hoy en día. No pretendo mencionarlos ni siquiera señalar las ventajas que puedan llegar a tener porque, reconozco que, no me importa nada la valoración interna que tengan, ni siquiera el porcentaje de apoyos que tuvieron en sus respectivos cónclaves internos, ni si son o dejan de ser personajes documentados, cultos, con prestigio, trabajadores,... Dejemos que internamente vayan sacando sus carencias y ellos mismos, en sus partidos, acaben de dinamitar el poco o mucho prestigio que, a fecha de hoy puedan tener.
 
Lo que verdaderamente me importa, y mucho, es la falta de programa político, la ausencia de presencia en los medios de comunicación proponiendo, aportando y creando valor alrededor de la sociedad. Lo que me importa de estos "líderes" políticos es comprobar cómo muchos de sus planteamientos carecen de firmeza y bailan al son de la más guapa tratando, en muchos casos, a los ciudadanos como meras mercancías con las que compran y venden apoyos políticos en beneficio de vaya usted a saber qué cosa. Lo preocupante es que nadie coja las riendas en muchas ocasiones y estemos ante comportamientos más de parvularios que de dirigentes políticos. Lo dramático es seguir comprobando, día a día, que la gente de la calle no existe.
 
El liderazgo en política puede ser interno para mantenerse eternamente en el puesto y huir de la renovación. Pero el auténtico liderazgo, el que importa de verdad, es aquel que transmite a la sociedad confianza, tranquilidad y optimismo. La verdad, la humildad, el esfuerzo, la coherencia y la palabra son algunas de las características que harán que esos políticos a los que me he referido, o a cualquiera en el que puedas pensar, lleguen o no a ser verdaderos líderes sociales, un nivel muy superior a ser líderes políticos.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Hablamos de involución política

Cuando hablamos de involución nos referimos como un término opuesto a la revolución y a la propia evolución natural. Esto resulta obvio cuando lo comparamos con un proyecto en el que el camino a recorrer es siempre hacia adelante. De forma natural y normal, los humanos tratamos de evolucionar en nuestros propios procesos personales. Desde el momento de la concepción, el ser humano evoluciona en su proceso natural de crecimiento y maduración. Evoluciona en su conocimiento mediante el aprendizaje y el estudio. Evoluciona en sus relaciones personales y sociales. Evoluciona en relaciones sentimentales, en sus relaciones laborales. El ser humano tiende, por naturaleza, a ir evolucionando acorde con los tiempos que le tocan vivir. Por ley natural, llega un momento en el que el ser humano comienza una involución progresiva motivado por la edad y/o diferentes factores que llevan a un conjunto de modificaciones regresivas que le impone su organismo.

Por otro lado, vemos cómo la sociedad evoluciona, por ejemplo, en materia de bienestar, en materia tecnológica y en el modo de afrontar las relaciones entre pueblos. Pero, ¿qué está pasando con la clase política y sus relaciones con los ciudadanos? Podríamos señalar multitud de situaciones en las que nuestros políticos desarrollan una involución que, de por si, sería anti natura contando con los medios y avance que la sociedad, a la par, va efectuando.

Aristóteles, en la ética de Nicómaco, afirma que el fin de la ciudad es el ciudadano. Que los legisladores buenos hacen buenos a sus ciudadanos y que en esto se debe distinguir al buen legislador del que no lo es: "El verdadero político se esfuerza en ocuparse, sobre todo, de la virtud, pues quiere hacer a sus ciudadanos buenos y sumisos a las leyes". Aristóteles afirma que "el gobernante virtuoso, para poder guiar a la ciudad hacia los fines propuestos, debe rechazar las pasiones y elegir el mejor de todos los bienes posibles..."

Tomando como referencia a Aristóteles, podemos apreciar una clara involución, en muchos casos, en la relación de nuestros gobernantes con los ciudadanos. Aristóteles habla de ciudad en un término amplio que yo quiero centrar en un ayuntamiento como institución, teóricamente, más cercana a los ciudadanos. Él nos habla de la importancia siempre del ciudadano como eje nuclear en la labor pública. Importancia que, con el paso de los años, se ha ido perdiendo en beneficio de esas pasiones que antiguamente había que rechazar por el bien común.

Como siempre, estamos "condenados" a evolucionar. Pero esta evolución debe ser no sólo en la vida personal de cada uno sino también en las relaciones, actitudes y desvelos de los que, en teoría, deben trabajar por cada uno de nosotros.

lunes, 4 de noviembre de 2013

La austeridad en política, clave del éxito

La realidad política y social de nuestros días parece que van completamente separadas. En los tiempos en los que vivimos necesitamos una clase política que viva pegada al terreno, a los problemas de los ciudadanos, a las necesidades que existen en cada uno de nuestros pueblos y ciudades.
 
La sociedad demanda dejar el sectarismo político. Un político que gobierna lo debe hacer para toda la ciudadanía y no sólo para las suyos porque en política se está para servir y no para servirse. Este es uno de los grandes males que existen en nuestra sociedad, donde los políticos han manejado a su antojo, han hecho y deshecho ante la mirada impasible del resto de formaciones políticas, de los agentes sociales y de la sociedad.
 
Ya no necesitamos obras faraónicas ni grandes infraestructuras para declinar el voto hacia uno u otro lado. No estamos en tiempos de derroche sino de austeridad, atrás quedaron esos años donde el tamaño si importaba. Ya no es tiempo de ocultismo sino de transparencia. No es el momento de soberbia política sino de humildad. La sociedad necesita y quiere políticos austeros, sencillos, humildes, trabajadores, con vocación de servicio y no de servirse, transparentes,...

Es curioso comprobar cómo la clase política, desde el inicio de la democracia, ha visto como su prestigio e imagen iba descendiendo a la par que el número de escándalos de corrupción iba aumentando.

En 1975 España salió de décadas de dictadura con poca experiencia en la organización de la política de base. Las élites políticas posteriores al franquismo crearon unos cuantos partidos dominantes que se calificaron de democráticos, pero que rehuían a la elección directa de sus líderes. El sistema reforzó la estabilidad, según los historiadores, pero redujo el compromiso cívico.

"Hasta ahora, los partidos políticos españoles no tenían incentivos para tomarse muy en serio la corrupción porque los votantes realmente no les castigaban por ella mientras la economía crecía", indica Fernando Jiménez, experto en corrupción gubernamental de la Universidad de Murcia.
 
La indignación canalizada de muy diferentes formas comenzará a castigar a las instituciones que no trabajen en clave de austeridad y transparencia. La actual forma de representación política, encarnada en un bipartidismo, irá, con el paso de los años, abriendo nuevas opciones en donde el poder se irá diluyendo en nuevas fuerzas políticas con muy variados intereses. Esas nuevas formaciones, ya tenemos casos en España, tratarán de manifestar una enorme transparencia interna fruto del momento en el que han surgido. Las plataformas vecinales o agrupaciones locales, tenemos casos de éxito en municipios de España, marcan en muchos casos una tendencia en auge que debilita la hegemonía de los grandes partidos y muestran una nueva forma, no por novedad sino por desuso, de hacer política: pegada al terreno y a los ciudadanos.

Esta nueva forma de enfocar y hacer política diferenciará a quien abandere esta nueva manera de trabajar con hechos y realidades y no con palabrería y promesas. La sociedad quiere participar y quiere poder decidir con una implicación que, cada día, tiende a ser mayor y más efectiva. 

La era 2.0 en política, ¿existe?


La llegada de internet y su alta penetración en el mercado facilita el empleo de las nuevas tecnologías como una herramienta más en el proceso estratégico de una consultoría política. La comunicación 2.0 se incorpora al resto de canales empleados por el marketing político con el objetivo de llegar a diferentes audiencias.
 
Con la aparición del fenómeno web 2.0 se está produciendo un cambio en la red y en sus canales de comunicación. Los usuarios ya no reciben sólo la información sino que la pueden gestionar, compartir dejando de ser sujetos pacientes y pasando a ser elementos activos en la estrategia de comunicación.  A lo largo de los últimos años, esta nueva forma de comunicar ha penetrado con fuerza en la comunicación política por las enormes ventajas y ahorro de costes que supone la red frente a los sistemas tradicionales. Esta nueva herramienta ha tenido su aparición y su cierta influencia en el marketing político, pero como iremos viendo, su penetración y eficacia dista mucho en función del país y proceso electoral del que hablemos ya que  es necesario alcanzar la bidireccionalidad necesaria para obtener el resultado esperado.
 
La comunicación 2.0 o política 2.0 no es un fin en sí mismo sino parte de una estrategia para alcanzar diferentes públicos. Al igual que el marketing político se fue desarrollando en EEUU primero con la llegada de la radio, posteriormente de la televisión, internet se convierte en un nuevo medio para llegar a los públicos y ejecutar una segmentación eficaz, rigurosa y directa.
 
La comunicación 2.0 pretende atraer electorado mediante una humanización de la comunicación, generar opinión, crear grupos de apoyo, movilizar o desmovilizar electores que veremos en próximos temas en qué consiste la movilización o desmovilización de electores mediante el análisis y conocimiento de la ley D’Hondt.

Cada una de estas redes permite al político emplear la bidireccionalidad, en una actitud de continua escucha a las necesidades de los electores. Tradicionalmente, una campaña electoral es similar al un tablón de anuncios en donde el partido político trasladaba a los votantes un mensaje de modo unidireccional mediante los diferentes soportes existentes: prensa, radio, televisión, vallas, carteles,… El ciudadano recibía los mensajes y respondía al mismo en función de sus convicciones. Ahora, las nuevas tecnologías obligan al político a cambiar de actitud porque la política 2.0 permite y fomenta la conversación. Las reglas de la comunicación política se modifican y, por lo tanto, el modo de hacer política tiene que contemplar una nueva dimensión en consonancia con la evolución social.

Hemos señalado la importancia de buscar la interacción con nuestros votantes como parte fundamental del marketing político. Necesitamos buscar, encontrar y llegar a cada uno de nuestros posibles electores con concreción, como si este fuera único. La búsqueda del feedback de nuestros públicos nos permite ir modificando pautas, acciones y concretando cada uno de los mensajes que transmitimos a la sociedad.

Sin embargo, las enormes virtudes que tiene la comunicación 2.0 siguen siendo una utopía en nuestra sociedad. La clase política, en nuestros días, no mantiene esa actitud de escucha en las redes necesaria para la obtención de esa conversación, esa bidireccionalidad es inviable porque no se da el componente claro de la escucha y porque el ciudadano no se siente, de momento, implicado con lo político.

Con todo esto, las RRSS y el marketing 2.0 permite a los consultores políticos ahondar en facetas del candidato y transmitirlas a la sociedad obteniendo importantes réditos en cuanto a imagen, modificación de la percepción, mensajes,… Las redes son uno de los mejores modos de tratar de trabajar la humanización de un candidato político.

En definitiva, el marketing político 2.0 consiste en uso de las nuevas tecnologías digitales para comunicar e interactuar con nuestros públicos. La comunicación 2.0 contempla la bidireccionalidad como parte fundamental buscando el diálogo entre las partes. Mientras esa bidireccionalidad no se de, no existirá una auténtica comunicación 2.0.