martes, 29 de octubre de 2013

Testimonio: Dejé la política por principios

Este fin de semana he tenido la oportunidad de conocer la trayectoria política, escasa, de Javier y los motivos que le llevaron a dejar su acta de concejal en una ciudad grande, su ciudad de toda la vida. Javier tiene actualmente 64 años y una amplia experiencia profesional en la empresa privada con importantes responsabilidades. En el año 2007 le animaron a formar parte de las listas municipales, como independiente, de su partido de toda la vida. Aceptó un puesto de salida para no tener responsabilidades de gobierno ya que no quería, para nada, dejar su puesto de trabajo. Antes de cumplir un año como concejal entregó su acta y se fue a su casa decepcionado con lo que había vivido y con una gran impotencia por no poder hacer nada.
 
Javier quiso ser concejal por afán de servicio a su ciudad y porque pensaba que había otras formas de hacer política. Él creía que en política se está para servir a la gente y tratar de buscar los mayores canales de comunicación para poder interactuar con las demandas sociales y tratar a cada uno de los ciudadanos con la mayor personalización posible. "Miguel, en un Ayuntamiento no puede haber siempre números, son personas que se acercan con problemas y dramas personales a los que tenemos que ayudar si o si y esa es nuestra misión. Yo dejé la política por principios".
 
Javier echaba de menos la capacidad de servicio, la cercanía de un político con la sociedad. Vio que no se trataban de cerca muchos de los problemas con los que se enfrentaban. Muchos de sus compañeros se fueron endiosando y alejando de los principios que les había llevado a todos a la hora de entrar en esa lista electoral: servir a los ciudadanos y a su ciudad.
 
En una entrada anterior hablamos de la actitud de escucha necesaria para el desarrollo de una buena actividad política. En este post algunas de las reflexiones que llevaron a Javier a dejar una ilusión que tenía: trabajar por su ciudad y sus vecinos.

Ni todos los políticos son iguales ni todos actúan de la misma manera. Pero es importante que nos demos cuenta de la actitud que cada uno tiene en el ejercicio de su faceta pública y los motivos que le llevan a obrar de una u otra forma. La sociedad demanda, cada día con más fuerza, una mayor cercanía.  

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